¿Cómo puede ser que las espadas de las que hemos hablado estén fabricadas en acero, si el acero fue inventado por Henry Bessemer en el siglo XIX?
Pues bien, estas espadas estaban hechas de acero porque se tomaba un
trozo de mineral de hierro, la envolvían en carbón, se calentaba y a punta de martillo, pequeñas partes de carbón quedaban incrustrados en el mineral de hierro.
Luego estiraban esta pasta, la doblaban sobre sí mismo y volvían a martillar una y otra vez. Algunas espadas antiguas tienen hasta 500 de estos dobleces.
Al final , con la espada al rojo vivo, se templaba hundiéndola en aceite, esto le daba un tono azulado que le fascinaba mucho a los europeos.
Así teníamos una pieza de gran tenacidad y dureza, liviana y muy afilada.
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